SIMPLIFICA TU COMIDA: Di “NO” a los procesados.

SIMPLIFICA TU COMIDA: Di “NO” a los procesados.


No tenemos elección. Cuando vamos al supermercado, nos parece que estamos eligiendo entre una amplísima variedad de productos. En cambio, sólo diez grandes empresas de alimentación, son dueñas de la mayoría de las marcas de alimentos que compramos.
Pero la globalización de los alimentos va mucho más allá. Según un famoso y galardonado documental “Food Incorporated” (Alimentos S.A.), estas grandes empresas, presionadas por los propios gobiernos y las leyes de mercado, se ven obligadas, en muchas ocasiones, a incluir ingredientes en el producto, aunque estos no sean totalmente necesarios para mejorar la calidad del mismo.
Es el caso del jarabe de glucosa y fructosa, un derivado del maíz, comúnmente presente en las conservas, en el tomate frito, en los snacks, en las salsas y en infinidad de alimentos procesados. La presencia de esta sustancia en los alimentos se debe, en parte, a que en algunos países, como Estados Unidos, existe, desde hace algunos años, un excedente de producción de maíz, debido a que muchos agricultores han venido recibiendo ayudas económicas para cultivarlo a bajo coste, acumulando grandes cantidades de este alimento, que ahora puede echarse a perder, si no se le busca una salida.
El primer paso para mejorar tus hábitos alimentarios y por tanto, tu salud en general, sería evitar los alimentos procesados que se venden en los supermercados y grandes superficies habituales. Este gesto, haría mucho por tu salud, ya que estarías evitando todos los perjuicios de este tipo de alimentos artificiales, que se han convertido en nuestro “veneno cotidiano”.
Entre sus virtudes están:
ü  Poca variedad de nutrientes: prácticamente todos los alimentos envasados y procesados son una mezcla de los mismos ingredientes, casualmente los más rentables para la industria. Eso hace que aunque nos parezca que estamos teniendo una dieta variada, siempre comemos lo mismo. Con sabores diferentes, pero lo mismo.
ü  Pérdida de nutrientes esenciales: los alimentos, en su procesamiento, son sometidos a multitud de transformaciones y procesos químicos, que hacen que los nutrientes que portan se vayan perdiendo por el camino. Por eso, a la leche se le tiene que añadir calcio del cerdo o a los cereales, las vitaminas que ya lleva de manera natural, si no se le quitara su cáscara. ¿No sería mejor dejar el alimento tal y como es?
ü  Contiene multitud de aditivos y sustancias muy peligrosas para nuestra salud: Casi todos estos aditivos se encuentran ocultos en unas siglas, totalmente indescifrables para el consumidor, que no sabe que está comiendo sustancias que provocarle serias enfermedades o problemas de salud. Es el caso de los colorantes, muchos de los cuáles, se ha demostrado en estudios con animales que son altamente cancerígenos. O el Glutamato Monosódico (E-621), un potenciador del sabor muy utilizado que, además crea adicción, de modo que, además, estamos “enganchados” a la comida procesada. Lo más llamativo es que en algunos países, su uso esté prohibido y en cambio, en otros, se sigan utilizando habitualmente muchas de estas sustancias.
ü  Muchos de los alimentos procesados son transgénicos: Alimentos a los que se les ha modificado sus genes para un crecimiento más rápido o para cambiar su olor, sabor o textura. Esto, además de producir un impacto medioambiental enorme y hacer que la actividad agraria no sea sostenible, es totalmente perjudicial para la salud. Por poner un ejemplo, actualmente, todo el maíz que comemos es transgénico y se ha cultivado con un pesticida, el glifosato, el cuál se ha demostrado que es nocivo. Las grandes economías del mundo, han puesto como argumento, que la producción de alimentos transgénicos, podrían acabar con el hambre en el mundo, pero éste es un argumento muy pobre, para enmascarar el incalculable beneficio económico con el que se están lucrando las grandes compañías biotecnológicas con este asunto. El hambre es un problema social y por tanto, no se soluciona cultivando alimentos de forma masiva.

FUENTE: www.naturorigen.com





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